DISPUTA TERRITORIAL
Por: Serafín
Velásquez Acosta
"Toda la armonía
total de este mundo está formada de discordancias."
Lucio Séneca
El loro Celedonio, desde su lugar predilecto, un árbol de almendro sembrado
en el jardín de la residencia de cuyos ocupantes era la mascota preferida,
desde hacia meses atrás, era testigo de las frecuentes e inútiles peleas que se
desarrollaban entre los perros y gatos,
mascotas de los residentes del barrio más popular de la ciudad.
¡Que idiotas son estos animales! -Se decía para si Celedonio- veía con
frecuencia como en las reyertas, los gatos
salían con lesiones graves, fracturas de sus miembros e incluso encontraban
la muerte. En la última semana, cuatro de ellos murieron de manera fulminante. Por el lado de los perros, salían con laceraciones en su piel, heridas profundas en la cara y algunos
morían tiempo después, por infecciones
bacterianas.
La situación se estaba volviendo tan insostenible que el loro Celedonio,
decidió intervenir para poner fin a esa absurda guerra en la que ninguno de los
miembros de las dos especies antagónicas podía vivir tranquilo. Por el
contrario, los ánimos si iban exacerbando cada vez más e incluso, hasta los
dueños se involucraron en discusiones por culpa de sus peloteras escandalosas.
Por lo mismo, algunos vecinos cansados de estas grescas sin sentido, estaban
considerando la posibilidad de deshacerse de sus respectivas mascotas.
Celedonio, buscando la ocasión la
encontró una mañana de lluvia tenue acompañada por nubes negras que presagiaban
un día lúgubre. El perro más viejo, huyendo de la pertinaz lluvia, se refugio
debajo del almendro que ocupaba el loro.
Kalimán, -Así llamaban al perro- escúchame, me llaman Celedonio, te hablo
desde la rama que está a tu derecha. He observado que tú casi no intervienes en
las trifulcas que los demás perros del barrio mantienen con los gatos.
.El perro Kalimán -mirando hacia donde le indicaba el loro, le dice- Es
cierto, uno con los años aprende a ser mas tolerante y la verdad es que hoy miro
la vida con más respeto, siento que es una tontería perder el tiempo en luchas
estériles. Pero dime: ¿Qué puedo hacer
con unos compañeros irascibles que por nada se ofenden? Lo mejor es que siga
manteniéndome al margen de tales conflictos.
-Creo que tu deber es hacer algo para que la paz reine entre tus compañeros
y los gatos. Todos somos merecedores de vivir en armonía siempre que cada
especie cumpla con el papel que la naturaleza le ha asignado -le dice el loro-
esperanzado en despertar interés en el tema a
Kalimán
¿No veo cómo? -Contesta Kalimá- reunirlos para buscar una solución es perder
el tiempo, sobre todo, porque con tantas heridas que se han causados, los
sentimientos de venganzas son tan fuertes que
la situación entre ellos es irreconciliable.
-Pues, yo te tengo una solución -Le responde Celedonio
¿Cuál es esa solución de la que me vas hablar Celedonio? -No estoy para burlas, bien
sabes que entre perros y gatos siempre ha existido una rencilla que lleva
siglos
Se trata de lo siguiente Kaliman. Primero dime- ¿Qué es realmente lo que
ustedes se disputan?
-El territorio, que es nuestro y que ellos quieren usurpar
-¿Y quién se los ha escriturado a ustedes? -Que yo sepa, jamás nadie han
sido dueño de nada. En la naturaleza, el aire, el agua, el suelo, el sol, el
paisaje, la vegetación, son patrimonios ambientales que existen para bien de
todos los seres vivos, de modo que, ante esta realidad, lo mejor es compartir
en armonía lo que la naturaleza nos da generosamente.
Bueno, nosotros seguimos lo que hemos observado hacen los hombres -responde
Kalimán algo enojado- así como ellos
delimitan áreas que escrituran a su nombre, nosotros con nuestros orines,
demarcamos nuestros territorios para informar a otros animales que ya estos
tienen dueños.
-Y tú no te das cuenta que todo aquello que uno cree que es de uno, en
cualquier momento se desmorona, se derrumba, se lo lleva el viento, casos se han visto. Un terremoto, un
ventarrón, una inundación, un incendio, en cuestiones de segundo se lleva lo
que el hombre ha construido. Esta es una
verdad incuestionable. Las cosas son para el que las necesita, dice el dicho
popular. A lo mejor, el pleito entre los
perros y gatos obedece a que ambos se autodenominan dueños de un mismo
territorio, pero no se han puesto de acuerdo para disfrutarlos en tiempos
diferentes.
¿Cómo así, Celedonio? -Explícame eso, que me parece interesante- observa
Kalimán
-Sencillo, Kalimán. Normalmente la
vida de ustedes es diurna y la de los gatos, nocturna. Cada uno cumple un papel distinto en la
naturaleza, ustedes los perros, además
de servir de compañía al hombre, los adiestran para desarrollar oficios de
vigilancia, rastreos y entretenimientos de niños. Los gatos, igual son animales
de compañías que en el día no molestan porque se la pasan durmiendo, pero en las noches son cazadores de roedores, a los que ustedes
les tienen pavor y persiguen también cuando merodea por su entorno.
-De modo que, solo falta que conversen sobre el tema, se den una tregua y
respeten el tiempo que cada uno tiene para disfrutar su territorio. Ustedes los
perros en el día pueden correr sus
calles, mear sus límites, revolcarse en la tierra, bañarse de sol, admirar los
paisajes y regocijarse con el calor de su hogar
ignorando la presencia dormida de los gatos. Y estos, pueden por las
noches, complacerse en el mismo
territorio: recorrer los tejados, las
callejas oscuras, merodear las canecas
de basuras, embelesarse con la luna y cumplir con su función de mantener
controlada la población de roedores en el barrio.
¿Qué te parece? -Finaliza Celedonio su disertación.
¡Excelente, excelente! -Grita
Kalimán- dando saltos de alegría. ¡Gracias Celedonio!, ¡Muchas gracias!
¡Carajo! -Porque no se me había
ocurrido a mi esta solución.
Porque sólo los que están por fuera del conflicto, pueden ver como se
alimenta la hoguera de la discordia y pueden encontrar las salidas más inteligentes para ponerle fin
al litigio. -Responde Celedonio- pavoneándose con sus alas abiertas.
Bien, no espero más. Por algo me trajo el destino a este lugar. -Adiós
Celedonio. Te deseo salud y paz
Igual a ti Kalimán, suerte en tu empresa.
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